
¿Te ha llegado la renovación y has pensado: “¿otra vez sube?” Tranquilo, le pasa a mucha gente. El precio del seguro no es una cifra mágica: cambia por tu coche, por dónde duermes, por cómo conduces… y también por pequeñas decisiones que nadie te explica bien.
Vamos a poner orden. Sin letra pequeña rara. Sin “truquitos” que luego salen caros. Y con un objetivo claro: ahorrar en el seguro de coche pagando lo justo por una póliza de seguros adecuada.
Por qué tu seguro sube o baja de un año a otro
Antes de recortar, conviene entender qué está moviendo el precio. Si no, disparas a ciegas.
- Tu perfil: edad, años de carnet, profesión (en algunos casos), si eres conductor habitual o puntual.
- Tu historial: partes, multas, robos, asistencia en carretera, golpes tontos de parking… Todo cuenta en el historial de siniestralidad.
- Tu coche: potencia, valor, coste de reparación, piezas, sistemas de seguridad.
- Dónde circulas y aparcas: no cuesta igual asegurar un coche que duerme en garaje que uno que pasa la noche en la calle.
- Uso real: kilómetros al año, ciudad o carretera, viajes largos.
- Tipo de pago: anual o fraccionado.
¿Ves el patrón? El seguro es un “riesgo”. Si la compañía cree que puede pagar más por ti, te cobra más.
Primer paso: decide qué necesitas (y qué te sobra)
Aquí es donde muchos se equivocan. Intentan pagar menos recortando justo lo que luego echan de menos.
Terceros, terceros ampliado o todo riesgo: el mapa rápido
- Seguros de coche a terceros: lo básico para cumplir la ley. Recomendable si tu coche es viejo, de poco valor y asumes que los golpes propios van a tu bolsillo.
- Terceros ampliado: sube un escalón. Suele incluir robo, incendio y lunas. Suele ser el “punto dulce” para coches con años, pero que todavía te dolería perder.
- Seguro a todo riesgo: cubre daños propios. Tiene sentido en coche nuevo, financiado, o si te duele hasta pensarlo cuando alguien te roza el paragolpes.
Pregunta sencilla: si mañana te dan un golpe y no hay culpable claro… ¿puedes asumir el arreglo? Si la respuesta es “uff”, mira algo más que terceros.
15 ideas que bajan precio (sin recortar a lo loco)
1) Compara de verdad, no solo el número final
Sí: compara diferentes seguros.
No: comparar solo el precio.
Haz una lista corta:
- asistencia en carretera (¿desde km 0?)
- lunas (¿incluye techo panorámico?)
- robo e incendio (¿qué valor pagan: venal o mercado?)
- coche de sustitución (¿cuántos días?)
- defensa jurídica
- libre elección de taller o talleres concertados
Un seguro de coche barato puede salir caro si justo falla en lo que tú necesitas.
2) Ajusta el conductor principal (sin trampas)
Suena obvio, pero pasa: el coche lo lleva a diario una persona y en la póliza aparece otra “más barata”. Si hay siniestro serio, puedes tener problemas. Lo que interesa es un precio bueno y una póliza sólida.
3) Revisa la asistencia en carretera
Si haces ciudad y tienes otro coche en casa, quizá no necesitas una asistencia “premium”. Si viajas mucho, aquí no conviene apretar. A veces el ahorro está en elegir bien, no en quitar.
4) Sube un poco la franquicia si tienes todo riesgo
El seguro con franquicia es una palanca potente. Ejemplo realista:
- Sin franquicia: pagas más cada año.
- Con franquicia de 200–300€: pagas menos, y solo aportas esa parte si arreglas un golpe propio.
Si sueles conducir con cuidado y no das partes por roces pequeños, suele encajar muy bien. Si aparcas en calles estrechas cada día y tu coche acaba “besado” a menudo… piénsalo dos veces.
5) Elige bien entre “daños propios” y “lunas/robo/incendio”
Hay personas que quieren “todo riesgo” por tranquilidad, aunque el coche ya tenga muchos años. A veces sale mejor un terceros ampliado bien armado que un todo riesgo “pelado”.
6) Ojo con el valor asegurado
Cuando hay siniestro total, importa si pagan:
- valor venal
- venal mejorado
- valor de mercado
- valor de nuevo (solo al principio, en muchas pólizas)
¿Tu coche es reciente? Esto pesa mucho. ¿Tu coche tiene 12 años? Tal vez no merece pagar ese extra.
7) Aparca en garaje si puedes (y decláralo)
Si tienes plaza, declárala. Baja riesgo de robo, golpes y vandalismo. Es de las pocas cosas que ayudan sin pelear.
8) Reduce kilómetros si de verdad haces menos
¿Teletrabajas y ya no haces 20.000 km? Dilo. Hay pólizas que ajustan bien por uso. No inventes, claro. Solo alinea datos con tu vida real.
9) Paga anual si no te descuadra
Fraccionar es cómodo, pero a veces encarece. Si puedes pagar anual, revisa si baja la prima total.
10) Aprovecha bonificaciones por buena conducción
Las bonificaciones por buena conducción pueden marcar una diferencia grande con el tiempo. Dos ideas prácticas:
- evita dar partes por roces mínimos si no compensa
- si tienes un golpe pequeño, pide presupuesto y decide con calma
Un parte “tonto” hoy puede ser una subida mañana.
11) Revisa coberturas “de moda” que no necesitas
Pérdida de llaves, asistencia por pinchazo, cobertura de equipaje… algunas son útiles, otras son “adorno”. Si estás apretando presupuesto, recorta lo accesorio primero.
12) Mira el impacto del modelo de coche
Sí, hay coche económico seguro (más barato de asegurar). En general:
- menos potencia suele abaratar
- piezas baratas y comunes ayudan
- buenos sistemas de seguridad pueden reducir riesgo
- coches muy robados suelen encarecer robo
Si estás pensando cambiar de coche, este punto puede ahorrarte dinero cada año.
13) Negocia la renovación con datos
Pequeña escena típica: te llega la renovación, te enfadas, pagas y ya.
Mejor: llama con una comparativa hecha y pregunta: “¿qué opción hay con las mismas coberturas y menos prima?” Muchas veces existen modalidades que no aparecen solas.
14) Cambiar de aseguradora: sí, pero con método
Cambiar de aseguradora para ahorrar funciona… cuando comparas coberturas y condiciones, no solo el precio.
Checklist antes de firmar:
- ¿hay permanencia?
- ¿sube mucho al segundo año?
- ¿talleres concertados te encajan?
- ¿qué pasa con lunas, robo, incendio?
- ¿qué dicen de asistencia en carretera?
15) Pide ayuda a un mediador que te mire el caso completo
Aquí es donde JLA Asociados encaja de forma natural: no se trata de “venderte un seguro”, sino de revisar tu caso y encontrar el equilibrio entre precio y cobertura. Un mediador puede comparar opciones, explicarte diferencias, y evitar que pagues por duplicado o por coberturas que no te aportan.
Qué suele ser “mejor seguro de coche” según tu situación
No existe una respuesta universal. Existe la mejor para ti.
Si tienes coche nuevo o financiado
- todo riesgo (con o sin franquicia)
- especial atención a valor de nuevo/mercado
- coche de sustitución si dependes del coche para trabajar
Si tu coche tiene 5–12 años
- terceros ampliado potente suele ser el rey
- franquicia si quieres daños propios, pero con cabeza
Si tu coche es antiguo y de poco valor
- terceros bien elegido
- prioridad a asistencia si haces carretera
- defensa jurídica decente
¿Te suena a lío? Normal. Por eso conviene revisar la póliza con alguien que te lo baje a tierra.
Mini guía para calcular tu seguro de coche sin volverte loco
Cuando vayas a calcular seguro de coche, ten a mano:
- matrícula y versión exacta del modelo
- uso anual aproximado (km)
- lugar de aparcamiento habitual
- conductores y fecha de carnet
- partes de los últimos años (si los recuerdas)
Y un consejo muy humano: anota lo que te enfadó del seguro anterior. ¿Asistencia lenta? ¿Taller lejos? ¿Franquicia que no entendías? Eso vale oro para decidir.